jueves, 21 de febrero de 2013

1- Sueños

Dicen que las experiencias que vivimos cuando somos niños nos marcan para toda la vida. Pueden ser la razón en nuestra vida adulta de cosas negativas como miedos y complejos o de cosas positivas como sueños y metas a lograr. No es raro que un niño quiera ser cuando grande futbolista o cantante; o que una niña quiera ser bailarina o modelo. Pero al crecer, ¿qué porcentaje puede lograr sus deseos de niño? En mi caso, un deseo infantil nació a partir de un videojuego que seguramente ha marcado a varias generaciones: Street Fighter. Recuerdo ir a los videos y jugarlo con mi hermano cada vez que podíamos. Es un juego de artes marciales en el que participan personajes de distintos países y cada uno de ellos tiene su propio estilo de lucha. En mi caso, siempre me llamó la atención un personaje de Tailandia: Sagat.

Sagat
Ya el sólo hecho de venir de Tailandia me parecía intrigante. ¿Dónde quedaba Tailandia? ¿Por qué se vestía así el luchador? ¿Por qué tenía vendadas las manos y tobillos? ¿Qué estilo era ese en el que se usaban rodillas y codos? Mi única experiencia hasta ese momento en artes marciales había sido con el Karate y lo que practicaba Sagat no se parecía mucho a eso. Averiguando, supe después que ese arte marcial se llamaba Muay Thai y que es muy popular en Tailandia. Y en ese momento, nació un sueño que se veía muy lejano y que nunca pensé se podría hacer realidad: alguna vez aprender y practicar el Muay Thai....

20 años después, heme aquí, en el aeropuerto, junto a mi familia y amigos.


¿A dónde voy? 
A Tailandia!
¿A qué voy? 
A aprender Muay Thai!