Hoy me tomé un día libre y fui a ver un cerro del que había leído en internet, el Monkey Hill. Según el sitio web, se llama así porque varias familias de monos viven en el cerro y la gracia es que andan libres por los árboles, son fáciles de ver y de vez en cuando bajan al camino y la gente los puede ver de cerca. Hoy descubrí qué tan cerca...
Llegué en la moto a la base del cerro a las 12:30. Había un camino pavimentado hacia la cima, pero preferí subir caminando para poner atención en los árboles. Después de haber caminado sólo un par de minutos empecé a verlos; varios monitos de distintos tamaños saltaban de una rama a otra entre los árboles. Los más chicos gritaban bastante y se movían harto, mientras que los más grandes permanecían sentados descansando.
Me quedé un rato viéndolos, pero no bajaban nunca, así que seguí subiendo el cerro. Más arriba me encontré con un señor que iba en una camioneta cargada con fruta, mangos principalmente. Los estaba dejando al lado del camino en unos lugares designados. A los 2 minutos empezaron a llegar los monos y bajaban de los árboles para ir a comerse los mangos, así que ahí aproveché de verlos más de cerca.
Seguí subiendo y al llegar casi a la cima había un kiosko con un caballero que vendía bolsitas con maní para darle a los monos. Justo había una señora tailandesa que le había terminado de dar y me instó a que les diera. [Acá debo hacer un paréntesis: cuando la señora me dijo lo de darles, yo hice como que no sabía si era seguro darles (obvio que les iba a dar igual!!...jaja) y la señora va y compra ella una bolsita para mostrarme y luego me la da. La gente es muy amable acá] Al momento de tener la bolsa en mis manos varios monos se me acercan y cual flaite antes de un partido de fútbol, me estiran la mano pidiendo "una cooperación". Ahí me entretuve un buen rato dándoles maní. Ya les había dado a algunos la vez pasada que visité Tailandia y volví a impresionarme lo parecidas que son sus manos con las nuestras. Y suavecitas..jaja. Al final termine comprando 3 bolsas más, aunque me guardé una para el camino de vuelta.
Bajando me encontré con una mama mona con su cría abrazada en el estómago, así que a ella le di unos cuantos. Más abajo encontré un macho sentado en la calle. Pasé por el lado y me miro con desdén. Lo quedé mirando y una vez que asumí que era tranquilo me senté a su lado. Le ofrecí un maní. Juraría que la pensó un rato, tazando si yo era confiable o no y al final lo aceptó. Después le di un par más, hasta que se aburrió, se paró, me dio una última mirada y se fue..... Mono mal agradecido, cuántos de tus congéneres se pelearían por ese maní que no quisiste recibir!
Dejo el video con los "flaites", la monita con su cría y el mono que se cree superior: